Fondare 30 Risultati per: Cuyos

  • Pero ahora se ríen de mí unos más jóvenes que yo y cuyos padres, para mí, no eran dignos ni de mezclarse con los perros de mi ganado. (Job 30, 1)

  • cuyas manos están manchadas y cuyos bolsillos se llenan con sobornos. (Salmos 26, 10)

  • personas cuyos ojos son despreciativos y de mirada soberbia, (Proverbios 30, 13)

  • ¡Pobre de ti, país, cuyo rey es un muchacho y cuyos jefes están de parranda desde la mañana! (Eclesiastés (Qohelet) 10, 16)

  • Feliz tú, país, cuyo rey es un príncipe bien nacido, y cuyos jefes comen a sus horas, para tomar fuerzas y no para embriagarse. (Eclesiastés (Qohelet) 10, 17)

  • O como el pájaro que atraviesa el espacio y cuyos vestigios de su carrera nadie encuentra, que no deja ninguna señal de su trayecto. Sus plumas rozaron el aire leve, un silbido se produjo al partirlo, batiendo sus alas se abrió camino, pero después, ¿quién encontró alguna huella de su vuelo? (Sabiduría 5, 11)

  • Y aún hasta ahora permanece un testigo de su perversidad: una tierra árida y siempre humeante, arbustos cuyos frutos no maduran, una columna de sal en recuerdo de la que no creyó. (Sabiduría 10, 7)

  • Para castigarlos habrías podido crear nuevas especies, animales llenos de furor, que respiraran fuego, cuyas narices lanzaran un vapor ardiente, cuyos ojos emitieran relámpagos terribles (Sabiduría 11, 18)

  • Pues se han marchitado los campos de Jesebón y la viña de Sibma, cuyos racimos arrancaron los amos de las naciones. Ella llegaba hasta Yazer y se perdía en el desierto; sus sarmientos se extendían hasta más allá del mar. (Isaías 16, 8)

  • ¡Quién es, pues, el que ha tramado esto en contra de Tiro, la reina, cuyos comerciantes eran príncipes y sus negociantes, los grandes de la tierra? (Isaías 23, 8)

  • Detrás de la puerta y a la entrada colocaste tu ídolo. Sí, lejos de mí preparaste tu cama, te subiste a ella para tu lujuria. Tú has gozado de esa gente con que te gusta acostarte y cuyos ídolos seducen tus ojos, (Isaías 57, 8)

  • Después de siglos vas a recibir órdenes, después de muchos años te vas a poner en camino al país cuyos habitantes escaparon a la espada; fueron reunidos de numerosos pueblos en las montañas de Israel, las que estuvieron mucho tiempo abandonadas. Después que se separaron de los demás pueblos, viven todos en paz. (Ezequiel 38, 8)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina