Fondare 21 Risultati per: Aliados

  • Los israelitas estaban muy atemorizados, pues todas las naciones vecinas, al verlos así, sin jefe y sin aliados, se proponían destruirlos y decían: «Esta es la oportunidad de borrar de entre los hombres el recuerdo de Israel.» (1 Macabeos 12, 53)

  • pues sabía que los romanos consideraban a los judíos amigos, aliados y hermanos, y habían recibido con honores a los mensajeros de Simón. (1 Macabeos 14, 40)

  • A nosotros nos han llegado mensajeros de los judíos, nuestros amigos y aliados, mandados por el sumo sacerdote Simón y por el pueblo judío, para renovar la amistad y alianza de siempre. (1 Macabeos 15, 17)

  • También les recordó lo que sucedió en Babilonia, en la batalla contra los gálatas, pues ese día ocho mil judíos combatían al lado de cuatro mil macedonios y, al encontrarse éstos en apuros, sus aliados judíos exterminaron solos a veinte mil enemigos, con la ayuda que les vino del cielo, y se apoderaron de un gran botín. (2 Macabeos 8, 20)

  • Porque ha llegado el día en que serán aniquilados todos los filisteos, y en que Tiro y Sidón verán derrotados hasta sus últimos aliados. Sí, Yavé exterminará a los filisteos, a los restos de la isla de Caftor. (Jeremías 47, 4)

  • Los aliados de Egipto sucumbirán, y desde Migdol a Siene se hundirá su orgulloso poder: morirán a espada, palabra de Yavé. (Ezequiel 30, 6)

  • Sabrán que yo soy Yavé cuando prenda fuego a Egipto y sean derrotados todos sus aliados. (Ezequiel 30, 8)

  • Algunos años después se volverán aliados y la hija del rey del sur vendrá donde el rey del norte en cumplimiento de un convenio. Pero perderá su autoridad y no dejará descendencia, pues será muerta, ella y sus acompañantes, así como su hijo y su marido. (Daniel 11, 6)

  • Hasta la frontera te han rechazado tus amigos; tus aliados han sido más fuertes que tú, y han puesto un lazo bajo tus pies. (Abdías 1, 7)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina