Fondare 2616 Risultati per: Ala

  • Entonces el jefe de los que preparan las bebidas pidió la palabra y dijo a Faraón: «Me estoy acordando de una falta mía. (Génesis 41, 9)

  • Faraón se había enojado contra sus siervos, y me dejó detenido en la casa del capitán de la guardia, junto con el panadero del palacio. (Génesis 41, 10)

  • Luego lo hizo subir a la segunda carroza del palacio e iban gritando delante de él: «¡Abran camino!» Así quedó José al frente de todo el país de Egipto. (Génesis 41, 43)

  • Entonces se adelantó Judá y le dijo: «Permite, señor mío, que pueda tu siervo decirte algunas palabras sin que te enojes contra mí, aunque tú eres como Faraón. (Génesis 44, 18)

  • Subimos entonces a casa de nuestro padre y le dijimos tus palabras. (Génesis 44, 24)

  • No han sido ustedes, sino Dios quien me envió aquí; El me ha hecho familiar de Faraón, administrador de su palacio, y gobernador de todo el país de Egipto. (Génesis 45, 8)

  • Ellos repitieron todas las palabras que José les había dicho y le mostraron las carretas que José le había mandado para que se trasladara. Entonces revivió el espíritu de Jacob, (Génesis 45, 27)

  • sus hijos y los hijos de sus hijos, sus hijas y los hijos de sus hijas; en una palabra, hizo que entrara con toda su familia en Egipto. (Génesis 46, 7)

  • Jacob respondió: «Los años de mi peregrinación son ciento treinta. Pocos y malos han sido los días de mi vida, y no han llegado a igualar los años de vida de mis padres durante su peregrinación.» (Génesis 47, 9)

  • Entonces José acaparó toda la plata que había en la tierra de Egipto y de Canaán, a cambio del trigo que compraban, y llevó toda esa plata al palacio de Faraón. (Génesis 47, 14)

  • Y los bendijo aquel día con estas palabras: «A ustedes los tomarán como ejemplo cuando quieran bendecir a alguno en Israel, y dirán: "Que Dios te haga semejante a Efraím y Manasés".» Así puso a Efraím por delante de Manasés. (Génesis 48, 20)

  • A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, tu mano agarrará del cuello a tus enemigos, y tus hermanos se inclinarán ante ti. (Génesis 49, 8)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina