Exodo, 14
8. Yavé había endurecido el corazón del rey y, mientras los israelitas se marchaban seguros, él los persiguió.
8. Yavé había endurecido el corazón del rey y, mientras los israelitas se marchaban seguros, él los persiguió.
“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina