15. En las ciudades sacerdotales estaban permanentemente bajo sus órdenes Edem, Mibyamín, Jesua, Semaías, Amarías y Sekanías para repartir a sus hermanos, así grandes como chicos, según sus clases,





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina