12. Samuel tomó entonces una piedra y la puso entre Mizpá y Jesana y dio a aquel lugar el nombre de Ebena-Ezer, es decir, «piedra del socorro», diciendo: «Hasta aquí nos ha socorrido Yavé.»





“Seria mais fácil a Terra existir sem o sol do que sem a santa Missa!” São Padre Pio de Pietrelcina