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Jeremías, 9

11. ¿Quién es el sabio?, pues que entienda esto; a quién ha hablado la boca de Yahveh?, pues que lo diga; ¿por qué el país se ha perdido, incendiado como el desierto donde no pasa nadie?

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Jeremías 9 habla sobre la tristeza y la angustia de Jeremías con respecto a la infidelidad del pueblo de Israel, que persiste en sus caminos mal y no se arrepiente. El capítulo destaca la importancia de la verdad y la justicia, así como la necesidad de recurrir a Dios en el arrepentimiento. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas del capítulo:

Proverbios 12:22: "Los mentirosos son abominables con el Señor, pero los que actúan fielmente le dan placer". Este versículo destaca la importancia de la verdad y la honestidad, que son fundamentales para la justicia y una vida que agrada a Dios.

Isaías 59:2: "Pero tus iniquidades te han separado de tu Dios; tus pecados te ocultaron su rostro, por lo que no te escuchará". Este versículo destaca la necesidad de arrepentimiento y abandono del pecado para que haya una verdadera comunión con Dios.

2 Crónicas 7:14: "Si mi pueblo, que se llama por mi nombre, se humillan, rezan y me busca, y se desviará de sus malos caminos, entonces escucharé del cielo, perdonaré sus pecados y sanaré sus tierra". Este versículo enfatiza la importancia del arrepentimiento y la búsqueda sincera de Dios, lo que resulta en el perdón y la curación.

Salmo 15:1-2: "Señor, ¿quién vivirá en tu santuario? ¿Quién puede vivir en tu montaña sagrada? Diphamar". Este salmo destaca la importancia de la integridad, la justicia y la verdad en nuestras vidas, que son valores fundamentales para Dios.

Isaías 1:16-17: "Lavarse, purificarse, tomar la maldad de sus hechos fuera de mi vista; deja de hacer el mal. Aprenda a hacer el bien; busca justicia, termina con la opresión. De los huérfanos y defiende la causa de la viuda. " Este versículo destaca la necesidad de arrepentirse y recurrir a Dios, buscando justicia y haciendo el bien a los demás, especialmente a los más vulnerables.





“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina