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I Samuel, 24

9. tras lo cual se levantó David, salió de la cueva y gritó detrás de Saúl: «¡Oh rey, mi señor!» Volvió Saúl la vista, e inclinándose David, rostro en tierra, se postró ante él,

Kapcsolódó versek I Samuel, 24:

Capítulo 24 de 1 Samuel narra la historia de David que perdona a Saúl. Después de huir de Saul por un tiempo, David tuvo la oportunidad de matarlo cuando Saúl entró en una cueva donde David y sus hombres estaban ocultos. Sin embargo, David eligió salvar la vida de Saúl, incluso cuando sus hombres lo alentaron a matarlo. Aquí hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en este capítulo:

Proverbios 19:11 - "La prudencia del hombre lo hace demorarse en enojado, y su gloria es olvidar las ofensas". Este versículo destaca la sabiduría de David al elegir perdonar a Saúl en lugar de vengarse.

Mateo 5:44 - "Pero te digo, amo a tus enemigos y reza por quienes te persiguen". Este versículo muestra el mensaje de amor y perdón que Jesús enseñó, que David parece haber aplicado para perdonar a Saúl.

Romanos 12:19 - "No se vengarán, amados, sino que le darán la ira de Dios, porque está escrita, mi venganza; recompensaré, diré el Señor". Este versículo señala que la venganza no debe ser buscada por los individuos, sino por la justicia divina.

Proverbios 25:21-22- "Si tu enemigo tiene hambre, dale pan para comer, y si tiene sed, dale agua para beber, porque te acurrucas con brasas vivas en su cabeza, y el Señor te recompensará". Este versículo alienta a amar y servir a los enemigos en lugar de buscar venganza.

Colosenses 3:13- "Apoya a los demás, perdónate a ti Seefly si alguien tiene una queja contra otro. Como el Señor te ha perdonado, perdónate también". Este versículo destaca la importancia del perdón y la misericordia entre las personas, como David demostró perdonando a Saúl.





“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina