34. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.





“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina