35. Así caerá sobre ustedes toda la sangre inocente derramada en la tierra, desde la sangre del justo Abel, hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, al que ustedes asesinaron entre el santuario y el altar.





“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina