65. Después algunos comenzaron a escupirlo y, tapándole el rostro, lo golpeaban, mientras le decían: «¡Profetiza!». Y también los servidores le daban bofetadas.





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina