Levítico, 26
33. Los dispersaré entre las naciones y desenvainaré la espada detrás de ustedes. Así el país se convertirá en un desierto y sus ciudades, en ruinas.
33. Los dispersaré entre las naciones y desenvainaré la espada detrás de ustedes. Así el país se convertirá en un desierto y sus ciudades, en ruinas.
“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina