9. Pero luego su Dios les ordenó salir de ese lugar y dirigirse al país de Canaán. Allí se instalaron y se enriquecieron con oro, plata y numerosos rebaños.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina