51. Los judíos entraron en ella el día veintitrés del segundo mes del año ciento setenta y uno, con vítores y palmas, al son de arpas, címbalos y cítaras, y entonando himnos y cantos, porque un gran enemigo había sido exterminado de Israel.





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina