9. Porque nosotros estamos sometidos; pero nuestro Dios no nos ha abandonado en medio de la servidumbre. Él nos obtuvo el favor de los reyes de Persia, para animarnos a levantar la Casa de nuestro Dios y restaurar sus ruinas, y para darnos un refugio seguro en Judá y en Jerusalén.





“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina