Talált 83 Eredmények: une

  • Aquel día quitará el Señor el adorno de las ajorcas, los solecillos y las lunetas; (Isaías 3, 18)

  • Oráculo del Señor Yahveh que reúne a los dispersos de Israel. A los ya reunidos todavía añadiré otros. (Isaías 56, 8)

  • Es que ayunáis para litigio y pleito y para dar de puñetazos a malvados. No ayunéis como hoy, para hacer oír en las alturas vuestra voz. (Isaías 58, 4)

  • Alza los ojos en torno y mira: todos se reúnen y vienen a ti. Tus hijos vienen de lejos, y tus hijas son llevadas en brazos. (Isaías 60, 4)

  • Así ayunen, no escucharé su clamoreo; y así levanten holocausto y ofrenda, no me complacerán; sino que con espada, con hambre y con peste voy a acabarlos.» (Jeremías 14, 12)

  • porque precisamente por la ciudad que lleva mi Nombre empiezo a castigar; ¿y vosotros, quedaréis impunes?: ¡no, no quedaréis!, porque a la espada llamo yo contra todos los habitantes de la tierra - oráculo de Yahveh Sebaot -. (Jeremías 25, 29)

  • pues contigo estoy yo - oráculo de Yahveh - para salvarte: pues acabaré con todas las naciones entre las cuales te dispersé. pero contigo no acabaré; aunque sí te corregiré como conviene, ya que impune no te dejaré. (Jeremías 30, 11)

  • Ahora bien, desde hoy te suelto las esposas de tus muñecas. Si te parece bien venirte conmigo a Babilonia, vente, y yo miraré por ti. Pero si te parece mal venirte conmigo a Babilonia, déjalo. Mira, tienes toda la tierra por delante; adonde mejor y más cómodo te parezca ir, vete.» (Jeremías 40, 4)

  • Tú no temas, siervo mío Jacob, - oráculo de Yahveh - que contigo estoy yo, pues acabaré con todas las naciones adonde te empujé, pero contigo no acabaré; aunque sí te corregiré como conviene, ya que impune no te dejaré. (Jeremías 46, 28)

  • Pues así dice Yahveh: Conque los que no tienen por qué beber la copa la beben, ¿y tú precisamente vas a quedar impune? No quedarás impune, antes sin falta la beberás. (Jeremías 49, 12)

  • A una cual leones rugen, gruñen como cachorros de leonas. (Jeremías 51, 38)

  • y vocean chillando delante de sus dioses como hacen algunos en un banquete fúnebre. (Baruc 6, 31)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina