Talált 81 Eredmények: tenemos
«Tenemos detenido a tu hermano Jonatán por las deudas contraídas con el tesoro real en el desempeño de su cargo. (I Macabeos 13, 15)
«Ellos, les dijo, confían en sus armas y en su audacia; pero nosotros tenemos nuestra confianza puesta en Dios Todopoderoso, que puede abatir con un gesto a los que vienen contra nosotros y al mundo entero.» (II Macabeos 8, 18)
Tenemos una hermana pequeña: no tiene pechos todavía. ¿Qué haremos con nuestra hermana el día que se hable de ella? (Cantar 8, 8)
Aquel día se cantará este cantar en tierra de Judá: «Ciudad fuerte tenemos; para protección se le han puesto murallas y antemuro. (Isaías 26, 1)
Hemos concebido, tenemos dolores como si diésemos a luz viento; pero no hemos traído a la tierra salvación, y no le nacerán habitantes al orbe. (Isaías 26, 18)
- ¿Es que has desechado a Judá? ¿o acaso de Sión se ha hastiado tu alma? ¿Por qué nos has herido, que no tenemos cura? Esperábamos paz, y no hubo bien alguno; el tiempo de la cura, y se presenta el miedo. (Jeremías 14, 19)
Entre aquellos hombres hubo diez que dijeron a Ismael: «No nos mates, que en el campo tenemos escondites de trigo, cebada, aceite y miel.» Y no les mató como a sus hermanos. (Jeremías 41, 8)
sino que cumpliremos precisamente cuanto tenemos prometido, que es quemar incienso a la Reina de los Cielos y hacerle libaciones, como venimos haciendo nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros jefes en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que nos hartábamos de pan, éramos felices y ningún mal nos sucedía. (Jeremías 44, 17)
Entonces dirán: «No tenemos rey, porque no hemos temido a Yahveh, y el rey, ¿qué haría por nosotros? (Oseas 10, 3)
¿No tenemos todos nosotros un mismo Padre? ¿No nos ha creado el mismo Dios? ¿Por qué nos traicionamos los unos a los otros, profanando la alianza de nuestros padres? (Malaquías 2, 10)
y no creáis que basta con decir en vuestro interior: "Tenemos por padre a Abraham"; porque os digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abraham. (Mateo 3, 9)
Y se pusieron a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?» (Mateo 8, 29)
