Talált 7435 Eredmények:

  • Me alegré mucho al encontrar entre tus hijos quienes viven según la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre. (II Juan 1, 4)

  • Te saludan los hijos de tu hermana Elegida. (II Juan 1, 13)

  • Pido, querido, en mis oraciones que vayas bien en todo como va bien tu alma y que goces de salud. (III Juan 1, 2)

  • Grande fue mi alegría al llegar los hermanos y dar testimonio de tu verdad, puesto que vives según la verdad. (III Juan 1, 3)

  • Querido, te portas fielmente en tu conducta para con los hermanos, y eso que son forasteros. (III Juan 1, 5)

  • Ellos han dado testimonio de tu amor en presencia de la Iglesia. Harás bien en proveerles para su viaje de manera digna de Dios. (III Juan 1, 6)

  • Porque se han introducido solapadamente algunos que hace tiempo la Escritura señaló ya para esta sentencia. Son impíos, que conviertan en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único Dueño y Señor nuestro Jesucristo. (Judas 1, 4)

  • y además que a los ángeles, que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas para el juicio del gran Día. (Judas 1, 6)

  • Estos son los que crean divisiones, viven una vida sólo natural sin tener el espíritu. (Judas 1, 19)

  • Pero vosotros, queridos, edificándoos sobre vuestra santísima fe y orando en el Espíritu Santo, (Judas 1, 20)

  • a otros, tratad de salvarlos arrancándolos del fuego; y a otros mostradles misericordia con cautela, odiando incluso la túnica manchada por su carne. (Judas 1, 23)

  • Juan, a las siete Iglesias de Asia. Gracia y paz a vosotros de parte de «Aquel que es, que era y que va a venir», de parte de los siete Espíritus que están ante su trono, (Apocalipsis 1, 4)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina