Talált 26 Eredmények: siguiendo

  • Pero fueron infieles al Dios de sus padres y se prostituyeron siguiendo a los dioses de los pueblos del país que Dios había destruido delante de ellos. (I Crónicas 5, 25)

  • Todos ellos se hallaban bajo la dirección de su padre para el canto de la Casa de Yahveh, con címbalos, salterios y cítaras al servicio de la Casa de Dios, siguiendo las indicaciones del rey, de Asaf, Yedutún y Hemán. (I Crónicas 25, 6)

  • sino que has andado por los caminos de los reyes de Israel, y has prostituido a Judá y a los habitantes de Jerusalén siguiendo las prostituciones de la casa de Ajab, y también porque has dado muerte a tus hermanos de la casa de tu padre que eran mejores que tú; (II Crónicas 21, 13)

  • Hizo lo recto a los ojos de Yahveh, siguiendo los caminos de su padre David; sin apartarse a derecha ni a izquierda. (II Crónicas 34, 2)

  • Si, como ministros que sois de su reino, no habéis juzgado rectamente, ni observado la ley, ni caminado siguiendo la voluntad de Dios, (Sabiduría 6, 4)

  • le hemos desobedecido y no hemos escuchado la voz del Señor Dios nuestro siguiendo las órdenes que el Señor nos había puesto delante. (Baruc 1, 18)

  • y nosotros no hemos escuchado su voz siguiendo las órdenes que el Señor nos había puesto delante. (Baruc 2, 10)

  • Pedro le iba siguiendo de lejos hasta el palacio del Sumo Sacerdote; y, entrando dentro, se sentó con los criados para ver el final. (Mateo 26, 58)

  • Entonces le prendieron, se lo llevaron y le hicieron entrar en la casa del Sumo Sacerdote; Pedro le iba siguiendo de lejos. (Lucas 22, 54)

  • Siguiendo el camino llegaron a un sitio donde había agua. El eunuco dijo: «Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?» (Hechos 8, 36)

  • pues toda la multitud le iba siguiendo y gritando: «¡Mátale!» (Hechos 21, 36)

  • entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo en medio de las concupiscencias de nuestra carne, siguiendo las apetencias de la carne y de los malos pensamientos, destinados por naturaleza, como los demás, a la Cólera... (Efesios 2, 3)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina