Talált 35 Eredmények: quedaba

  • Pero cuando vio que en la boca de los tres hombres ya no quedaba respuesta, montó en cólera. (Job 32, 5)

  • debía enviar contra ellos un ejército que quebrantara y deshiciera las fuerzas de Israel y lo que quedaba de Jerusalén hasta borrar su recuerdo del lugar. (I Macabeos 3, 35)

  • los demás vendían todo lo que les quedaba, y pedían al mismo tiempo al Señor que librara a los que el impío Nicanor tenía vendidos aun ante de haberse enfrentado. (II Macabeos 8, 14)

  • para que, si ocurría algo sorprendente o si llegaba alguna noticia desagradable, los habitantes de las provincias no se perturbaran, por saber ya a quién quedaba confiado el gobierno; (II Macabeos 9, 24)

  • En verdad que el cuidado por sus mujeres e hijos, por sus hermanos y parientes quedaba en segundo término; el primero y principal era por el Templo consagrado. (II Macabeos 15, 18)

  • De este modo, cualquiera que en tal situación cayera, quedaba encarcelado, encerrado en aquella prisión sin hierros; (Sabiduría 17, 16)

  • cuanto al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, a los desertores que se habían pasado a él y a los artesanos restantes los deportó Nebuzaradán, jefe de la guardia, a Babilonia. (Jeremías 39, 9)

  • Luego Ismael hizo prisioneros a todo el resto del pueblo que quedaba en Mispá, a las hijas del rey y a todo el pueblo que quedaba en Mispá, que Nebuzaradán, jefe de la guardia, había encomendado a Godolías, hijo de Ajicam; y de madrugada se fue Ismael, hijo de Netanías, a pasarse a los ammonitas. (Jeremías 41, 10)

  • Cuanto (a una parte de los pobres del país) al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y el resto de los artesanos, Nebuzaradán, jefe de la guardia, los deportó, (Jeremías 52, 15)

  • El espesor del muro de las celdas laterales, por el exterior, era de cinco codos; quedaba un pasadizo entre las celdas laterales de la Casa. (Ezequiel 41, 9)

  • Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; (Mateo 7, 28)

  • De pronto se levantó en el mar una tempestad tan grande que la barca quedaba tapada por las olas; pero él estaba dormido. (Mateo 8, 24)


“É preciso amar, amar e nada mais”. São Padre Pio de Pietrelcina