Talált 26 Eredmények: purificación

  • pero ella permanecerá todavía 33 días purificándose de su sangre. No tocará ninguna cosa santa ni irá al santuario hasta cumplirse los días de su purificación. (Levítico 12, 4)

  • Al cumplirse los días de su purificación, sea por niño o niña, presentará al sacerdote, a la entrada de la Tienda del Encuentro, un cordero de un año como holocausto, y un pichón o una tórtola como sacrificio por el pecado. (Levítico 12, 6)

  • Pero si la tiña, después de la purificación, se extiende mucho por la piel, (Levítico 13, 35)

  • Esta es la ley que ha de aplicarse al leproso en el día de su purificacíon. Se le conducirá al sacerdote, (Levítico 14, 2)

  • El sacerdote que hace la purificación presentará ante Yahveh, junto con todas esas cosas, al hombre que ha de purificarse, a la entrada de la Tienda del Encuentro. (Levítico 14, 11)

  • Al octavo día, los llevará al sacerdote, a la entrada de la Tienda del Encuentro para su purificación delante de Yahveh. (Levítico 14, 23)

  • Esta es la ley de purificación para aquel que tiene llaga de lepra y cuyos recursos son limitados. (Levítico 14, 32)

  • Si alguien muere de repente junto a él y mancha así su cabellera de nazir, se rapará la cabeza el día de su purificación, se la rapará el día séptimo. (Números 6, 9)

  • Para esta purificación harás con ellos de la siguiente manera: los rociarás con agua lustral; se rasurarán ellos todo el cuerpo, lavarán sus vestidos y así quedarán purificados. (Números 8, 7)

  • Judas dio orden a sus hombres de combatir a los de la Ciudadela hasta terminar la purificación del Lugar Santo. (I Macabeos 4, 41)

  • A punto de celebrar en el veinticinco de Kisléu la purificación del Templo, nos ha parecido conveniente informaros, para que también vosotros la celebréis como la fiesta de las Tiendas y del fuego aparecido cuando ofreció sacrificios Nehemías, el que construyó el Templo y el altar. (II Macabeos 1, 18)

  • Nehemías y sus compañeros llamaron a ese líquido «neftar», que significa «purificación»; pero la mayoría lo llama «nafta». (II Macabeos 1, 36)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina