Talált 602 Eredmények: palabras humanas

  • Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio. Y no con palabras sabias, para no desvirtuar la cruz de Cristo. (I Corintios 1, 17)

  • de las cuales también hablamos, no con palabras aprendidas de sabiduría humana, sino aprendidas del Espíritu, expresando realidades espirituales. (I Corintios 2, 13)

  • Así también vosotros: si al hablar no pronunciáis palabras inteligibles, ¿cómo se entenderá lo que decís? Es como si hablarais al viento. (I Corintios 14, 9)

  • pero en la asamblea, prefiero decir cinco palabras con mi mente, para instruir a los demás, que 10.000 en lengua. (I Corintios 14, 19)

  • fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables que el hombre no puede pronunciar. (II Corintios 12, 4)

  • Mirad que nadie os esclavice mediante la vana falacia de una filosofía, fundada en tradiciones humanas, según los elementos del mundo y no según Cristo. (Colosenses 2, 8)

  • Mas ahora, desechad también vosotros todo esto: cólera, ira, maldad, maledicencia y palabras groseras, lejos de vuestra boca. (Colosenses 3, 8)

  • ya que os fue predicado nuestro Evangelio no sólo con palabras sino también con poder y con el Espíritu Santo, con plena persuasión. Sabéis cómo nos portamos entre vosotros en atención a vosotros. (I Tesalonicenses 1, 5)

  • Nunca nos presentamos, bien lo sabéis, con palabras aduladoras, ni con pretextos de codicia, Dios es testigo, (I Tesalonicenses 2, 5)

  • Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras. (I Tesalonicenses 4, 18)

  • que no os dejéis alterar tan fácilmente en vuestro ánimo, ni os alarméis por alguna manifestación del Espíritu, por algunas palabras o por alguna carta presentada como nuestra, que os haga suponer que está inminente el Día del Señor. (II Tesalonicenses 2, 2)

  • Su tú enseñas estas cosas a los hermanos, serás un buen ministro de Cristo Jesús, alimentado con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido fielmente. (I Timoteo 4, 6)


“Seja perseverante nas orações e nas santas leituras.” São Padre Pio de Pietrelcina