Talált 224 Eredmények: obra del alfarero
No me senté en peña de gente alegre y me holgué: por obra tuya, solitario me senté, porque de rabia me llenaste. (Jeremías 15, 17)
Bajé a la alfarería, y he aquí que el alfarero estaba haciendo un trabajo al torno. (Jeremías 18, 3)
El cacharro que estaba haciendo se estropeó como barro en manos del alfarero, y éste volvió a empezar, trasformándolo en otro cacharro diferente, como mejor le pareció al alfarero. (Jeremías 18, 4)
¿No puedo hacer yo con vosotros, casa de Israel, lo mismo que este alfarero? - oráculo de Yahveh -. Mirad que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, casa de Israel. (Jeremías 18, 6)
Tau. Retribúyeles, Yahveh, según la obra de sus manos. (Lamentaciones 3, 64)
Bet. Los hijos de Sión, los excelentes, valiosos como el oro fino, ¡son, ay, considerados como vasos de arcilla, obra de manos de alfarero! (Lamentaciones 4, 2)
No siendo otra cosa que madera dorada y plateada, se reconocer reconocerá más tarde que no son más que mentira. Para todos, naciones y reyes, quedará claro que no son dioses, sino obras de manos de hombres, y que no hay en ellos obra alguna de un dios. (Baruc 6, 50)
Hijo de hombre, entona una elegía sobre el rey de Tiro. Le dirás: Así dice el Señor Yahveh: Eras el sello de una obra maestra, lleno de sabiduría, acabado en belleza. (Ezequiel 28, 12)
Y lo que has visto, los pies y los dedos, parte de arcilla de alfarero y parte de hierro, es un reino que estará dividido; tendrá la solidez del hierro, según has visto el hierro mezclado con la masa de arcilla. (Daniel 2, 41)
el que salva y libera, obra señales y milagros en los cielos y en la tierra; el que ha salvado a Daniel del poder de los leones.» (Daniel 6, 28)
¡Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor, atiende y obra! ¡No tardes más, por ti mismo, Dios mío, pues tu nombre se invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.» (Daniel 9, 19)
Y todavía continúan pecando: se han hecho imágenes fundidas, con su plata, ídolos de su invención: ¡obra de artesanos todo ello! ¡Con ellos hablan los que sacrifican hombres que envían besos a becerros! (Oseas 13, 2)