Talált 21 Eredmények: merced

  • Sí, así dice Yahveh: No entres en casa de duelo, ni vayas a plañir, ni les consueles; pues he retirado mi paz de este pueblo - oráculo de Yahveh - la merced y la compasión. (Jeremías 16, 5)

  • el que hace merced a millares, que se cobra la culpa de los padres a costa de los hijos que les suceden, el Dios grande, el Fuerte, cuyo nombre es Yahveh Sebaot, (Jeremías 32, 18)

  • He aquí que los terraplenes llegan a la ciudad para tomarla y la ciudad está ya a merced de los caldeos que la atacan, por causa de la espada y del hambre y de la peste; lo que habías dicho, ha sido, y tú mismo lo estás viendo. (Jeremías 32, 24)

  • Ahora, pues, en verdad así dice Yahveh, el Dios de Israel, acerca de esta ciudad que - al decir de vosotros - está ya a merced del rey de Babilonia por la espada, por el hambre y por la peste. (Jeremías 32, 36)

  • y se comprarán campos en esta tierra de la que decís vosotros que es una desolación, sin personas ni ganados, y que está a merced de los caldeos; (Jeremías 32, 43)

  • Nun. Ligado ha sido el yugo de mis delitos, entrelazados por su mano. Sobre mi cuello su yugo doblega mi vigor. El Señor me ha dejado a merced de ellos, ¡ya no puedo tenerme! (Lamentaciones 1, 14)

  • Zain. El Señor ha rechazado su altar, su santuario ha desdeñado; ha dejado a merced del enemigo los muros de sus palacios; ¡gritos se dieron en la Casa de Yahveh, como en día solemne! (Lamentaciones 2, 7)

  • Para que no seamos ya niños, llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y de la astucia que conduce engañosamente al error, (Efesios 4, 14)

  • Y en virtud de esta voluntad somos santificados, merced a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo. (Hebreos 10, 10)


“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina