Talált 29 Eredmények: humo
Llegada la vigilia matutina, miró Yahveh desde la columna de fuego y humo hacia el ejército de los egipcios, y sembró la confusión en el ejército egipcio. (Exodo 14, 24)
Todo el monte Sinaí humeaba, porque Yahveh había descendido sobre él en el fuego. Subía el humo como de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia. (Exodo 19, 18)
Pero entonces, la señal, la columna de humo, comenzó a levantarse de la ciudad, y Benjamín, mirando atrás, vio que toda la ciudad subía en llamas al cielo. (Jueces 20, 40)
Le respondió: «Si se quema el corazón o el hígado del pez ante un hombre o una mujer atormentados por un demonio o un espíritu malo, el humo ahuyenta todo mal y le hace desaparecer para siempre. (Tobías 6, 8)
De sus narices sale humo, como de un caldero que hierve junto al fuego. (Job 41, 12)
Kaf. Perecerán, en cambio, los impíos, los enemigos de Yahveh; se esfumarán como el ornato de los prados, en humo se desvanecerán. (Salmos 37, 20)
Cual se disipa el humo, los disipas; como la cera se derrite al fuego, perecen los impíos ante Dios. (Salmos 68, 3)
Pues mis días en humo se disipan, mis huesos arden lo mismo que un brasero; (Salmos 102, 4)
El que mira a la tierra y ella tiembla, toca los montes y echan humo. (Salmos 104, 32)
¡Yahveh, inclina tus cielos y desciende, toca los montes, que echen humo; (Salmos 144, 5)
Advirtieron éstos que los suyos habían huido y que el campamento había sido incendiado, como se lo daba a entender el humo que divisaban. (I Macabeos 4, 20)
Cuando quedó totalmente inutilizado, pero respirando todavía, mandó que le acercaran al fuego y le tostaran en la sartén. Mientras el humo de la sartén se difundía lejos, los demás hermanos junto con su madre se animaban mutuamente a morir con generosidad, y decían: (II Macabeos 7, 5)