Talált 180 Eredmények: fiesta de las Tiendas

  • Plantará sus tiendas reales entre el mar y el santo monte de la Tierra del Esplendor. Entonces llegará a su fin y nadie vendrá en su ayuda. (Daniel 11, 45)

  • ¿Qué haréis el día de solemnidad, el día de la fiesta de Yahveh? (Oseas 9, 5)

  • Vedlos que han escapado de la devastación: Egipto los recogerá, Menfis los sepultará; sus tesoros de plata, la ortiga los heredará, la zarza llenará sus tiendas. (Oseas 9, 6)

  • Yo soy Yahveh, tu Dios, desde el país de Egipto: aún te haré morar en tiendas como en los días del Encuentro; (Oseas 12, 10)

  • Trocaré en duelo vuestra fiesta, y en elegía todas vuestras canciones; en todos los lomos pondré sayal y tonsura en todas las cabezas; lo haré como duelo de hijo único y su final como día de amargura. (Amós 8, 10)

  • En desgracia he visto las tiendas de Kusán, se estremecen los pabellones de Madián. (Habacuc 3, 7)

  • como en los días de fiesta. Yo quitaré de tu lado la desgracia, el oprobio que pesa sobre ti. (Sofonías 3, 18)

  • Tomó éste la palabra y habló así a los que estaban delante de él: «¡Quitadle esas ropas sucias y ponedle vestiduras de fiesta; le dijo: «Mira, yo he pasado por alto tu culpa.» (Zacarías 3, 4)

  • Y colocad en su cabeza una tiara limpia!» Se le vistió de vestiduras de fiesta y se le colocó en la cabeza la tiara limpia. El ángel de Yahveh que seguía en pie. (Zacarías 3, 5)

  • Salvará Yahveh en primer lugar a las tiendas de Judá, para que el prestigio de la casa de David y el prestigio de los habitantes de Jerusalén no se crezca sobre Judá. (Zacarías 12, 7)

  • Y todos los supervivientes de todas las naciones que hayan venido contra Jerusalén subirán de año en año a postrarse ante el Rey Yahveh Sebaot y a celebrar la fiesta de las Tiendas. (Zacarías 14, 16)

  • Si la familia de Egipto no sube ni viene, caerá sobre ella la plaga con que Yahveh herirá a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las Tiendas. (Zacarías 14, 18)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina