Talált 210 Eredmények: familia real

  • Y añadía Juram: «Bendito sea Yahveh, el Dios de Israel, hacedor del cielo y de la tierra, que ha dado al rey David un hijo sabio, prudente e inteligente, que edificará una Casa a Yahveh y una casa real para sí. (II Crónicas 2, 11)

  • También en Jerusalén estableció Josafat levitas, sacerdotes y cabezas de familia de Israel, para la administración de la justicia de Yahveh y para los litigios. Estos habitaban en Jerusalén. (II Crónicas 19, 8)

  • Anduvo por el camino de los reyes de Israel, como había hecho la casa de Ajab, porque se había casado con una mujer de la familia de Ajab, e hizo el mal a los ojos de Yahveh. (II Crónicas 21, 6)

  • Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que había muerto su hijo, se levantó y exterminó a toda la estirpe real de la casa de Judá. (II Crónicas 22, 10)

  • recorrieron Judá y reunieron a los levitas de todas las ciudades de Judá, y a los cabezas de familia de Israel, que vinieron a Jerusalén. (II Crónicas 23, 2)

  • El número total de los jefes de familia era de 2.600 hombres esforzados. (II Crónicas 26, 12)

  • Ocupad vuestros sitios en el santuario según los grupos de casas paternas a disposición de vuestros hermanos, los hijos del pueblo; los levitas tendrán parte en la familia paterna. (II Crónicas 35, 5)

  • Entonces los cabezas de familia de Judá y Benjamín, los sacerdotes y los levitas, todos aquellos cuyo ánimo había movido Dios, se pusieron en marcha para subir a edificar la Casa de Yahveh en Jerusalén; (Esdras 1, 5)

  • Y estos son los que venían de Tel Mélaj, Tel Jarsá, Kerub, Addán e Immer, y que no pudieron probar si su familia y su familia y su estirpe eran de origen israelita: (Esdras 2, 59)

  • Algunos de los cabezas de familia, al llegar a la Casa de Yahveh en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la Casa de Dios, para que fuese reedificada en su mismo emplazamiento. (Esdras 2, 68)

  • Muchos sacerdotes, levitas y jefes de familia, ya ancianos, que habían conocido con sus propios ojos la primera Casa, sobre sus cimientos, lloraban con grandes gemidos, mientras que otros lanzaban gozosos clamores. (Esdras 3, 12)

  • se presentaron a Zorobabel, a Josué y a los cabezas de familia, y les dijeron: «Vamos a edificar junto con vosotros, porque, como vosotros, buscamos a vuestro Dios y le sacrificamos, desde los tiempos de Asarjaddón, rey de Asiria, que nos trajo aquí.» (Esdras 4, 2)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina