Talált 103 Eredmények: escritura en la pared

  • Luego tomé la escritura de la compra, el documento sellado según ley y la copia abierta, (Jeremías 32, 11)

  • y pasé la escritura de la compra a Baruc, hijo de Neriyías, hijo de Majseías, a vista de mi primo Janamel y de los testigos firmantes en la escritura de la compra, y a vista de todos los judíos presentes en el patio de la guardia, (Jeremías 32, 12)

  • Así dice Yahveh Sebaot el Dios de Israel: Toma estas escrituras: la escritura de compra, el documento sellado y la copia abierta, y las pones en un cántaro de arcilla para que duren mucho tiempo. (Jeremías 32, 14)

  • Después de haber entregado la escritura de propiedad a Baruc, hijo de Neriyías, oré a Yahveh diciendo: (Jeremías 32, 16)

  • se comprarán campos con dinero, anotándose en escritura, sellándose y llamando testigos, en la tierra de Benjamín y en los contornos de Jerusalén, en las ciudades de Judá, en las de la Montaña, en las de la Tierra Baja y en las del Négueb, pues haré tornar a sus cautivos - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 32, 44)

  • Me llevó a la entrada del atrio. Yo miré: había un agujero en la pared. (Ezequiel 8, 7)

  • Y me dijo: «Hijo de hombre, perfora la pared.» Perforé la pared y se hizo una abertura. (Ezequiel 8, 8)

  • Entré y observé: toda clase de representaciones de reptiles y animales repugnantes, y todas las basuras de la casa de Israel estaban grabados en la pared, todo alrededor. (Ezequiel 8, 10)

  • Haz a vista de ellos un agujero en la pared, por donde saldrás. (Ezequiel 12, 5)

  • Yo hice como se me había ordenado; preparé de día mi equipo, como un equipo de deportado, y por la tarde hice un agujero en la pared con la mano. Y salí en la oscuridad, cargando con el equipaje a mis espaldas, ante sus ojos. (Ezequiel 12, 7)

  • pero ésta superó sus prostituciones: vio hombres pintados en la pared, figuras de caldeos pintadas con bermellón, (Ezequiel 23, 14)

  • El edificio que bordeaba el patio por el lado occidental tenía setenta codos de anchura; y la pared de este edificio tenía un espesor de cinco codos, todo alrededor, con una longitud de noventa codos. (Ezequiel 41, 12)


“Seja modesto no olhar.” São Padre Pio de Pietrelcina