Talált 288 Eredmények: eran

  • Viendo la valentía de Pedro y Juan, y sabiendo que eran hombres sin instrucción ni cultura, estaban maravillados. Reconocían, por una parte, que habían estado con Jesús; (Hechos 4, 13)

  • También acudía la multitud de las ciudades vecinas a Jerusalén trayendo enfermos y atormentados por espíritus inmundos; y todos eran curados. (Hechos 5, 16)

  • Por aquellos días, al multiplicarse los discípulos, hubo quejas de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas eran desatendidas en la asistencia cotidiana. (Hechos 6, 1)

  • Al ver que esto les gustaba a los judíos, llegó también a prender a Pedro. Eran los días de los Azimos. (Hechos 12, 3)

  • Entonces decidieron los apóstoles y presbíteros, de acuerdo con toda la Iglesia, elegir de entre ellos algunos hombres y enviarles a Antioquía con Pablo y Bernabé; y estos fueron Judas, llamado Barsabás, y Silas, que eran dirigentes entre los hermanos. (Hechos 15, 22)

  • Judas y Silas, que eran también profetas, exhortaron con un largo discurso a los hermanos y les confortaron. (Hechos 15, 32)

  • Los lictores transmitieron estas palabras a los pretores. Les entró miedo al oír que eran romanos. (Hechos 16, 38)

  • Estos eran de un natural mejor que los de Tesalónica, y aceptaron la palabra de todo corazón. Diariamente examinaban las Escrituras para ver si las cosas eran así. (Hechos 17, 11)

  • Eran en total unos doce hombres. (Hechos 19, 7)

  • Eran siete hijos de un tal Esceva, sumo sacerdote judío, los que hacían esto. (Hechos 19, 14)

  • Incluso algunos asiarcas, que eran amigos suyos, le enviaron a rogar que no se arriesgase a ir al teatro. (Hechos 19, 31)

  • Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y la otra fariseos, gritó en medio del Sanedrín: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; por esperar la resurrección de los muertos se me juzga.» (Hechos 23, 6)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina