Talált 778 Eredmények: efusión del Espíritu Santo
Porque es imposible que cuantos fueron una vez iluminados, gustaron el don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, (Hebreos 6, 4)
Así es el Sumo Sacerdote que nos convenía: santo, inocente, incontaminado, apartado de los pecadores, encumbrado por encima de los cielos, (Hebreos 7, 26)
Porque se preparó la parte anterior de la Tienda, donde se hallaban el candelabro y la mesa con los panes de la presencia, que se llama Santo. (Hebreos 9, 2)
Detrás del segundo velo se hallaba la parte de la Tienda llamada Santo de los Santos, (Hebreos 9, 3)
De esa manera daba a entender el Espíritu Santo que aún no estaba abierto el camino del santuario mientras subsistiera la primera Tienda. (Hebreos 9, 8)
¡cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo! (Hebreos 9, 14)
pues según la Ley, casi todas las cosas han de ser purificadas con sangre, y sin efusión de sangre no hay remisión. (Hebreos 9, 22)
También el Espíritu Santo nos da testimonio de ello. Porque, después de haber dicho: (Hebreos 10, 15)
¿Cuánto más grave castigo pensáis que merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios, y tuvo como profana la sangre de la Alianza que le santificó, y ultrajó al Espíritu de la gracia? (Hebreos 10, 29)
Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. (Santiago 2, 26)
Pero si tenéis en vuestro corazón amarga envidia y espíritu de contienda, no os jactéis ni mintáis contra la verdad. (Santiago 3, 14)
Pues donde existen envidias y espíritu de contienda, allí hay desconcierto y toda clase de maldad. (Santiago 3, 16)