Talált 49 Eredmények: diles

  • «Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: "Yahveh, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: Yo os he visitado y he visto lo que os han hecho en Egipto. (Exodo 3, 16)

  • «He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: Al atardecer comeréis carne y por la mañana os hartaréis de pan; y así sabréis que yo soy Yahveh, vuestro Dios.» (Exodo 16, 12)

  • Habla tú a los israelitas y diles: No dejéis de guardar mis sábados; porque el sábado es una señal entre yo y vosotros, de generación en generación, para que sepáis que yo, Yahveh, soy el que os santifico. (Exodo 31, 13)

  • Habla a los israelitas y diles: Cuando alguno de vosotros presente a Yahveh una ofrenda, podréis hacer vuestras ofrendas de ganado, mayor o menor. (Levítico 1, 2)

  • Habla a los israelitas y diles: Si alguien peca por inadvertencia contra cualquiera de los mandamientos de Yahveh sobre lo que no se debe hacer y comete una de estas acciones prohibidas: (Levítico 4, 2)

  • Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Esta es la ley del sacrificio por el pecado: En el lugar donde se inmola el holocausto, delante de Yahveh, será inmolada también la víctima por el pecado. Es cosa sacratísima. (Levítico 6, 18)

  • Habla a los israelitas y diles: No comeréis sebo de buey, ni de cordero ni de cabra. (Levítico 7, 23)

  • Habla a los israelitas y diles: Quien ofrezca a Yahveh un sacrificio de comunión, presente a Yahveh una porción de su sacrificio. (Levítico 7, 29)

  • Habla a los israelitas y diles: Cuando una mujer conciba y tenga un hijo varón, quedará impura durante siete días; será impura como en el tiempo de sus reglas. (Levítico 12, 2)

  • Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los israelitas, y diles: Esta es la orden que ha dado Yahveh: (Levítico 17, 2)

  • Diles: Cualquier hombre de la casa de Israel, o de los forasteros que residen en medio de ellos, que ofrezca holocausto o sacrificio, (Levítico 17, 8)

  • Habla a los israelitas, y diles: Yo soy Yahveh vuestro Dios. (Levítico 18, 2)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina