Talált 57 Eredmények: deseo

  • ya ves que Ragüel me ha conjurado, y que no puedo desatender su deseo.» Rafael se puso en camino para Ragués de Media con los cuatro criados y los dos camellos y fueron a pernoctar en casa de Gabael. Le presentó el recibo y le dio la noticia de que Tobías, hijo de Tobit, se había casado y le invitaba a la boda. Gabael se levantó, le entregó todos los sacos de dinero, con los sellos intactos, y los cargaron sobre los camellos. (Tobías 9, 5)

  • Entrando luego Judit, se reclinó. El corazón de Holofernes quedó arrebatado por ella, su alma quedó turbada y experimentó un violento deseo de unirse a ella, pues desde el día que la vio, andaba buscando ocasión de seducirla. (Judit 12, 16)

  • Respondió el rey: «Avisad inmediatamente a Amán para que se cumpla el deseo de Ester.» El rey y Amán fueron al banquete preparado por Ester, (Ester 5, 5)

  • Ester respondió: «¿Mi petición y mi deseo? (Ester 5, 7)

  • Si he hallado gracia a los ojos del rey, y si al rey le place escuchar mi petición y cumplir mi deseo, que vengan mañana el rey y Amán al banquete que he preparado para ellos. Y haré entonces lo que el rey me pide.» (Ester 5, 8)

  • También el segundo día dijo el rey a Ester, durante el banquete: «¿Qué deseas pedir, reina Ester?, pues te será concedido. ¿Cuál es tu deseo? Aunque fuera la mitad del reino, se cumplirá.» (Ester 7, 2)

  • Respondió la reina Ester: «Si he hallado gracia a tus ojos, ¡oh rey!, y si al rey le place, concédeme la vida - este es mi deseo - y la de mi pueblo - esta es mi petición. (Ester 7, 3)

  • Me he negado al deseo de los débiles? ¿dejé desfallecer los ojos de la viuda? (Job 31, 16)

  • Si tienes algo que decir, replícame, habla, pues yo deseo darte la razón. (Job 33, 32)

  • Tau. El deseo de los humildes escuchas tú, Yahveh, su corazón confortas, alarguas tus oídos, (Salmos 10, 17)

  • Tú le has otorgado el deseo de su corazón, no has rechazado el anhelo de sus labios. (Salmos 21, 3)

  • Mira que deseo tus ordenanzas, hazme vivir por tu justicia. (Salmos 119, 40)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina