Talált 556 Eredmények: delante

  • Nuestros padres que les sucedieron la recibieron y la introdujeron bajo el mando de Josué en el país ocupado por los gentiles, a los que Dios expulsó delante de nuestros padres, hasta los días de David, (Hechos 7, 45)

  • En este asunto no tienes tú parte ni herencia, pues tu corazón no es recto delante de Dios. (Hechos 8, 21)

  • El pasaje de la Escritura que iba leyendo era éste: «Fue llevado como una oveja al matadero; y como cordero, mudo delante del que lo trasquila, así él no abre la boca. (Hechos 8, 32)

  • Cornelio contestó: «Hace cuatro días, a esta misma hora, estaba yo haciendo la oración de nona en mi casa, y de pronto se presentó delante de mí un varón con vestidos resplandecientes, (Hechos 10, 30)

  • Le apresó, pues, le encarceló y le confió a cuatro escuadras de cuatro soldados para que le custodiasen, con la intención de presentarle delante del pueblo después de la Pascua. (Hechos 12, 4)

  • El sacerdote del templo de Zeus que hay a la entrada de la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas y a una con la gente se disponía a sacrificar. (Hechos 14, 13)

  • Bastantes de los que habían practicado la magia reunieron los libros y los quemaron delante de todos. Calcularon el precio de los libros y hallaron que subía a 50.000 monedas de plata. (Hechos 19, 19)

  • Algunos de entre la gente aleccionaron a Alejandro a quien los judíos habían empujado hacia delante. Alejandro pidió silencio con la mano y quería dar explicaciones al pueblo. (Hechos 19, 33)

  • que no son justos delante de Dios los que oyen la ley, sino los que la cumplen: ésos serán justificados. (Romanos 2, 13)

  • Si Abraham obtuvo la justicia por las obras, tiene de qué gloriarse, mas no delante de Dios. (Romanos 4, 2)

  • como dice la Escritura: Te he constituido padre de muchas naciones: padre nuestro delante de Aquel a quien creyó, de Dios que da la vida a los muertos y llama a las cosas que no son para que sean. (Romanos 4, 17)

  • La fe que tú tienes, guárdala para ti delante de Dios. ¡Dichoso aquel que no se juzga culpable a sí mismo al decidirse! (Romanos 14, 22)


“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina