Talált 176 Eredmények: culto a ídolos

  • Abandonaron allí a sus ídolos, y dijo David: «Arrojadlos al fuego.» (I Crónicas 14, 12)

  • Suprimió los altares del culto extranjero y los altos; rompió las estelas, abatió los cipos, (II Crónicas 14, 2)

  • Abandonaron la Casa de Yahveh, el Dios de sus padres, y sirvieron a los cipos y a los ídolos; la cólera estalló contra Judá y Jerusalén a causa de esta culpa suya. (II Crónicas 24, 18)

  • Hubo, además, muchos holocaustos de grasa de los sacrificios de comunión y libaciones para el holocausto. Así quedó restablecido el culto de la Casa de Yahveh. (II Crónicas 29, 35)

  • Su oración y cómo fue oído, todo su pecado, su infidelidad, los sitios donde edificó altos y donde puso cipos e ídolos antes de humillarse: todo está escrito en los Hechos de Jozay. (II Crónicas 33, 19)

  • Hizo el mal a los ojos de Yahveh, como había hecho su padre Manasés. Amón ofreció sacrificios y sirvió a todos los ídolos que había fabricado su padre Manasés. (II Crónicas 33, 22)

  • El año octavo de su reinado, siendo todavía joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David; y en el año doce empezó a purificar a Judá y Jerusalén de los altos, de los cipos, de las estatuas y de los ídolos fundidos. (II Crónicas 34, 3)

  • Derribaron en su presencia los altares de los Baales, hizo arrancar los altares de aromas que había sobre ellos, y rompió los cipos, las imágenes y los ídolos fundidos reduciéndolos a polvo, que esparció sobre las sepulturas de los que les habían ofrecido sacrificios. (II Crónicas 34, 4)

  • Todas las naciones del universo se volverán a Dios en verdad y le temerán; abandonarán los ídolos que los extraviaron en la mentira de sus errores (Tobías 14, 6)

  • «Puesto al frente de muchos pueblos, y siendo señor de toda la tierra, he procurado no dejarme arrastrar por el orgullo del poder, sino gobernar siempre del modo más conveniente y benigno, manteniendo tranquilas en toda ocasión las vidas de mis súbditos, ofreciendo un reino culto y en seguridad hasta sus últimas fronteras y haciendo florecer la paz, tan deseada de todos los hombres. (Ester 13, 2)

  • Mas no se han contentado con nuestra amarga esclavitud, sino que han puesto sus manos en las manos de sus ídolos (Ester 14, 8)

  • Sus ídolos abundan, tras ellos van corriendo. Mas yo jamás derramaré sus libámenes de sangre, jamás tomaré sus nombres en mis labios. (Salmos 16, 4)


“Temos muita facilidade para pedir, mas não para agradecer”. São Padre Pio de Pietrelcina