Talált 160 Eredmények: cuidado del prójimo
La misericordia del hombre sólo alcanza a su prójimo, la misericorida del Señor abarca a todo el mundo. El reprende, adoctrina y enseña, y hace volver, como un pastor, a su rebaño. (Eclesiástico 18, 13)
El hombre sabio es precavido en todo, en la ocasión de pecar se anda con cuidado. (Eclesiástico 18, 27)
Interroga a tu prójimo: quizá no ha dicho nada, y si acaso lo ha dicho, para que no repita. (Eclesiástico 19, 14)
Interroga a tu prójimo antes de amenazarle, y obedece a la ley del Altísimo. (Eclesiástico 19, 17)
Gana la confianza de tu prójimo en la pobreza, para que, en su prosperidad, con él te satisfagas; en tiempo de tribulación permanece con él, para que cuando herede con él lo compartas. (Eclesiástico 22, 23)
Perdona a tu prójimo el agravio, y, en cuanto lo pidas, te serán perdonados tus pecados. (Eclesiástico 28, 2)
Recuerda los mandamientos, y no tengas rencor a tu prójimo, recuerda la alianza del Altísimo, y pasa por alto la ofensa. (Eclesiástico 28, 7)
Quien hace misericordia, presta al prójimo, quien le apoya con su mano, guarda los mandamientos. (Eclesiástico 29, 1)
Presta a tu prójimo cuando se halle en necesidad, y por tu parte restituye a tiempo al prójimo. (Eclesiástico 29, 2)
Hasta que no recibe, besa las manos de su prójimo, y ante su dinero humilla la voz; pero al tiempo de la restitución da largas, responde con palabras negligentes y echa la culpa a las circustancias. (Eclesiástico 29, 5)
El hombre bueno sale fiador de su prójimo, el que ha perdido la vergüenza, lo deja abandonado. (Eclesiástico 29, 14)
Acoge al prójimo según tus recursos, y cuida de no caer tú mismo. (Eclesiástico 29, 20)