Talált 128 Eredmények: batalla final
dándoles esta orden: «Estad al frente del pueblo y no entréis en batalla con los gentiles hasta que nosotros regresemos.» (I Macabeos 5, 19)
Gorgias salió de la ciudad con su gente para irles al encuentro y entrar en batalla. (I Macabeos 5, 59)
El rey se levantó de madrugada y puso en marcha el ejército con todo su ímpetu por el camino de Bet Zacaría. Los ejércitos se dispusieron para entrar en batalla y se tocaron las trompetas. (I Macabeos 6, 33)
Judas y su ejército se adelantaron para entrar en batalla, y sucumbieron seiscientos hombres del ejército real. (I Macabeos 6, 42)
El día trece del mes de Adar trabaron batalla los ejércitos y salió derrotado el de Nicanor. Nicanor cayó el primero en el combate, (I Macabeos 7, 43)
Judas vio que su ejército estaba desbandado y que la batalla le apremiaba, y se le quebrantó el corazón, pues no había tiempo de volverlos a juntar. (I Macabeos 9, 7)
Al enterarse Trifón de que Simón había sucedido en el mando a su hermano Jonatán y que estaba preparado para entrar con él en batalla, le envió mensajeros diciéndole: (I Macabeos 13, 14)
Salvados por Dios de grandes peligros, le damos rendidas gracias, como a quien nos ha guiado en la batalla contra el rey, (II Macabeos 1, 11)
escuadrones de caballería en orden de batalla, ataques y cargas de una y otra parte, movimiento de escudos, espesura de lanzas, espadas desenvainadas, lanzamiento de dardos, resplandores de armaduras de oro y corazas de toda clase. (II Macabeos 5, 3)
Por último encontró un final desastroso: acusado ante Aretas, tirano de los árabes, huyendo de su ciudad, perseguido por todos, detestado como apóstata de las leyes, y abominado como verdugo de la patria y de los conciudadanos, fue arrojado a Egipto. (II Macabeos 5, 8)
y el recibido en Babilonia, en la batalla contra los gálatas, cuando entraron en acción todos los 8.000 judíos junto a los 4.000 macedonios, y cuando los macedonios se hallaban en apuros, los 8.000 derrotaron a 120.000, gracias al auxilio que les llegó del cielo, y se hicieron con un gran botín. (II Macabeos 8, 20)
En lo recio de la batalla, aparecieron desde el cielo ante los adversarios cinco hombres majestuosos montados en caballos con frenos de oro, que se pusieron al frente de los judíos; (II Macabeos 10, 29)