Talált 173 Eredmények: ayuda al prójimo

  • Entonces el espíritu revistió a Amasay, jefe de los Treinta: «¡A ti, David! ¡Contigo, hijo de Jesé! ¡Paz, paz a ti! ¡Y paz a los que te ayuden, pues tu Dios te ayuda a ti!» David los recibió y los puso entre los jefes de las tropas. (I Crónicas 12, 19)

  • Dijo Joab: «Si los arameos me dominan, ven en mi ayuda; y si los hijos de Ammón te dominan a ti, iré en tu socorro. (I Crónicas 19, 12)

  • «Cuando un hombre peque contra su prójimo, y éste pronuncie una imprecación sobre él, haciéndole jurar delante de tu altar en esta Casa, (II Crónicas 6, 22)

  • y todos sus vecinos les proporcionaron toda clase de ayuda: plata, oro, hacienda, ganado, objetos preciosos en cantidad, además de toda clase de ofrendas voluntarias. (Esdras 1, 6)

  • Tú creaste a Adán, y para él creaste a Eva, su mujer, para sostén y ayuda, y para que de ambos proviniera la raza de los hombres. Tú mismo dijiste: No es bueno que el hombre se halle solo; hagámosle una ayuda semejante a él. (Tobías 8, 6)

  • y a la salida de la asamblea, Ozías le condujo a su propia casa y ofreció un banquete a los ancianos. Y estuvieron invocando la ayuda del Dios de Israel durante toda la noche. (Judit 6, 21)

  • Pero si pasan estos días sin recibir ayuda cumpliré vuestros deseos.» (Judit 7, 31)

  • Entregaste al saqueo a sus mujeres, sus hijas al destierro, todos sus despojos en reparto para tus hijos amados, que se habían encendido de tu celo, y tuvieron horror a la mancha hecha a su sangre y te llamaron en su ayuda. ¡Oh Dios, mi Dios, escucha a esta viuda! (Judit 9, 4)

  • prestadles ayuda para que puedan rechazar a cuantos les ataquen el día designado para su destrucción, es decir, el día trece del mes doce, el mes de Adar, (Ester 16, 20)

  • ¿No está mi apoyo en una nada? ¿no se me ha ido lejos toda ayuda? (Job 6, 13)

  • El que retira la compasión al prójimo abandona el temor de Sadday. (Job 6, 14)

  • Si mi corazón fue seducido por mujer, si he fisgado a la puerta de mi prójimo, (Job 31, 9)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina