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• No está aquí, ha resucitado. Recordad cómo os habló cuando estaba todavía en Galilea, diciendo: (Lucas 24, 6)

• Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?» (Lucas 24, 41)

• y dijo a los que vendían palomas: «Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado.» (Juan 2, 16)

• Le dice la mujer: «Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla.» (Juan 4, 15)

• «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?» (Juan 6, 9)

• Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?» (Juan 6, 25)

• Y le dijeron sus hermanos: «Sal de aquí y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces, (Juan 7, 3)

• Dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. (Juan 11, 21)

• Cuando María llegó donde estaba Jesús, al verle, cayó a sus pies y le dijo: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.» (Juan 11, 32)

• pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado. Levantaos. Vámonos de aquí.» (Juan 14, 31)

• Respondió Jesús: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí.» (Juan 18, 36)

• Salió entonces Jesús fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Díceles Pilato: «Aquí tenéis al hombre.» (Juan 19, 5)