Talált 483 Eredmények: años

  • "Nunca verán los hombres que salieron de Egipto, de veinte años para arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob..., porque no me han sido fieles, (Números 32, 11)

  • Se encendió la ira de Yahveh contra Israel y los hizo andar errantes por el desierto durante cuarenta años, hasta que se acabó toda aquella generación que había obrado mal a los ojos de Yahveh. (Números 32, 13)

  • Tenía Aarón 123 años cuando murió en Hor de la Montaña. (Números 33, 39)

  • Pues Yahveh tu Dios te ha bendecido en todas tu obras: ha protegido tu marcha por este gran desierto, y hace ya cuarenta años que Yahveh tu Dios está contigo sin que te haya faltado nada.» (Deuteronomio 2, 7)

  • El tiempo que estuvimos caminando desde Cadés Barnea hasta que pasamos el torrente Zéred fue de 38 años; por lo que había desaparecido ya del campamento toda la generación de hombres de guerra, como Yahveh les había jurado. (Deuteronomio 2, 14)

  • Acuérdate de todo el camino que Yahveh tu Dios te ha hecho andar durante estos cuarenta años en el desierto para humillarte, probarte y conocer lo que había en tu corazón: si ibas o no a guardar sus mandamientos. (Deuteronomio 8, 2)

  • No se gastó el vestido que llevabas ni se hincharon tus pies a lo largo de esos cuarenta años. (Deuteronomio 8, 4)

  • Cada tres años apartarás todos los diezmos de tus cosechas de ese año y los depositarás a tus puertas. (Deuteronomio 14, 28)

  • Cada siete años harás remisión. (Deuteronomio 15, 1)

  • Si tu hermano hebreo, hombre o mujer, se vende a ti, te servirá durante seis años y al séptimo le dejarás libre. (Deuteronomio 15, 12)

  • No se te haga demasiado duro el dejarle en libertad, porque el haberte servido seis años vale por un doble salario de jornalero. Y Yahveh tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas. (Deuteronomio 15, 18)

  • Durante cuarento años os he hecho caminar por el desierto, sin que se hayan gastado los vestidos sobre vosotros ni las sandalias en tus pies. (Deuteronomio 29, 4)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina