Talált 715 Eredmények: Vida

  • a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad: vida eterna; (Romanos 2, 7)

  • como dice la Escritura: Te he constituido padre de muchas naciones: padre nuestro delante de Aquel a quien creyó, de Dios que da la vida a los muertos y llama a las cosas que no son para que sean. (Romanos 4, 17)

  • Si cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida! (Romanos 5, 10)

  • En efecto, si por el delito de uno solo reinó la muerte por un solo hombre ¡con cuánta más razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia, reinarán en la vida por un solo, por Jesucristo! (Romanos 5, 17)

  • Así pues, como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra de justicia de uno solo procura toda la justificación que da la vida. (Romanos 5, 18)

  • así, la mismo que el pecado reinó en la muerte, así también reinaría la gracia en virtud de la justicia para vida eterna por Jesucristo nuestro Señor. (Romanos 5, 21)

  • Fuimos, pues, con él sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva. (Romanos 6, 4)

  • Su muerte fue un morir al pecado, de una vez para siempre; mas su vida, es un vivir para Dios. (Romanos 6, 10)

  • Ni hagáis ya de vuestros miembros armas de injusticia al servicio del pecado; sino más bien ofreceos vosotros mismos a Dios como muertos retornados a la vida; y vuestros miembros, como armas de justicia al servicio de Dios. (Romanos 6, 13)

  • Pero al presente, libres del pecado y esclavos de Dios, fructificáis para la santidad; y el fin, la vida eterna. (Romanos 6, 22)

  • Pues el salario del pecado es la muerte; pero el don gratuito de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6, 23)

  • y yo morí; y resultó que el precepto, dado para vida, me fue para muerte. (Romanos 7, 10)


“Não se aflija a ponto de perder a paz interior. Reze com perseverança, com confiança, com calma e serenidade.” São Padre Pio de Pietrelcina