Talált 98 Eredmények: Tobías y Sara

  • Se acercó Tobit a Sarra, la mujer de su hijo, y la bendijo diciendo: «¡Bienvenida seas, hija! Y bendito sea tu Dios, hija, que te ha traído hasta nosotros. Bendito sea tu padre, y bendito Tobías, mi hijo, y bendita tú misma, hija. Bienvenida seas, entra en tu casa con gozo y bendición.» (Tobías 11, 17)

  • Acabados los días de la boda, llamó Tobit a su hijo Tobías y le dijo: «Hijo, ya es tiempo de pagar el salario al hombre que te acompañó. Y le añadirás un sobresueldo.» (Tobías 12, 1)

  • Respondió Tobías: «Padre, ¿qué salario puedo darle? Aun entregándole la mitad de la hacienda que traje conmigo, no salgo perdiendo. (Tobías 12, 2)

  • Le llamó, pues, Tobías y le dijo: «Toma como salario la mitad de todo cuanto trajiste y vete en paz.» (Tobías 12, 5)

  • Cercana ya su muerte, llamó a su hijo Tobías y le recomendó: «Hijo mío, toma tus hijos (Tobías 14, 3)

  • Cuando murió su madre, Tobías la sepultó al lado de su padre, y se marchó con su mujer y sus hijos a Media, quedándose a vivir en Ecbátana, junto a su suegro Ragüel. (Tobías 14, 12)

  • que una parte pertenecía a Hicarno, hijo de Tobías, personaje de muy alta posición y, contra lo que había calumniado el impío Simón, que el total era de cuatrocientos talentos de plata y doscientos de oro; (II Macabeos 3, 11)

  • Reparad en Abraham vuestro padre, y en Sara, que os dio a luz; pues uno solo era cuando le llamé, pero le bendije y le multipliqué. (Isaías 51, 2)

  • «Haz una colecta entre los deportados: Jelday, Tobías y Yedaías; vienes aquel día y entras en la casa de Josías, hijo de Sefanías, a donde han llegado de Babilonia, (Zacarías 6, 10)

  • Será la corona para Jelday, Tobías y Yedaías, y para el hijo de Sefanías, un memorial de gracia en el Templo de Yahveh. (Zacarías 6, 14)

  • No vaciló en su fe al considerar su cuerpo ya sin vigor - tenía unos cien años - y el seno de Sara, igualmente estéril. (Romanos 4, 19)

  • Porque éstas son las palabras de la promesa: «Por este tiempo volveré; y Sara tendrá un hijo.» (Romanos 9, 9)


“Deus é servido apenas quando é servido de acordo com a Sua vontade.” São Padre Pio de Pietrelcina