Talált 177 Eredmények: Suf

  • Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? (Lucas 23, 40)

  • Ellos marcharon de la presencia del Sanedrín contentos por haber sido considerados dignos de sufrir ultrajes por el Nombre. (Hechos 5, 41)

  • Pero él sacudió el animal sobre el fuego y no sufrió daño alguno. (Hechos 28, 5)

  • Y, si hijos, también herederos: herederos de Dios y coherederos de Cristo, ya que sufrimos con él, para ser también con él glorificados. (Romanos 8, 17)

  • Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros. (Romanos 8, 18)

  • Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. (Romanos 8, 22)

  • Mas aquél, cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño. El, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego. (I Corintios 3, 15)

  • No habéis sufrido tentación superior a la medida humana. Y fiel es Dios que no permitirá seáis tentados sobre vuestras fuerzas. Antes bien, con la tentación os dará modo de poderla resistir con éxito. (I Corintios 10, 13)

  • Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo. (I Corintios 12, 26)

  • Pues, así como abundan en nosotros los sufrimientos de Cristo, igualmente abunda también por Cristo nuestra consolación. (II Corintios 1, 5)

  • Si somos atribulados, lo somos para consuelo y salvación vuestra; si somos consolados, lo somos para el consuelo vuestro, que os hace soportar con patiencia los mismos sufrimientos que también nosotros soportamos. (II Corintios 1, 6)

  • Es firme nuestra esperanza respecto de vosotros; pues sabemos que, como sois solidarios con nosotros en los sufrimientos, así lo seréis también en la consolación. (II Corintios 1, 7)


“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina