Talált 156 Eredmények: Pasar

  • Se desviaron hacia allí y fueron a pasar la noche en Guibeá. El levita entró y se sentó en la plaza de la ciudad, pero no hubo nadie que les ofreciera casa donde pasar la noche. (Jueces 19, 15)

  • El levita, marido de la mujer asesinada, tomó la palabra y dijo: «Había llegado yo con mi concubina a Guibeá de Benjamín para pasar la noche. (Jueces 20, 4)

  • Mientras tanto Booz subió a la puerta de la ciudad y se sentó allí. Acertó a pasar el pariente de que había hablado Booz, y le dijo: «Acércate y siéntate aquí, fulano.» Y éste fue y se sentó. (Rut 4, 1)

  • Jonatán dijo: «Vamos a pasar hacia esa gente y nos haremos ver de ellos. (I Samuel 14, 8)

  • Llamó Jesé a Abinadab y le hizo pasar ante Samuel, que dijo: «Tampoco a éste ha elegido Yahveh.» (I Samuel 16, 8)

  • Jesé hizo pasar a Sammá, pero Samuel dijo: «Tampoco a éste ha elegido Yahveh.» (I Samuel 16, 9)

  • Hizo pasar Jesé a sus siete hijos ante Samuel, pero Samuel dijo: «A ninguno de éstos ha elegido Yahveh.» (I Samuel 16, 10)

  • Iba Saúl y sus hombres por un lado de la montaña, y David y sus hombres por el lado de la otra. Huía David a toda prisa ante Saúl, mientras Saúl y sus hombres intentaban pasar a la parte de David y sus hombres para apresarlos, (I Samuel 23, 26)

  • Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Saúl, tomó a Isbaal, hijo de Saúl, y le hizo pasar a Majanáyim. (II Samuel 2, 8)

  • Se levantó David y todo el pueblo que estaba con él y pasaron el Jordán; al romper la luz de la mañana no quedaba nadie sin pasar el Jordán. (II Samuel 17, 22)

  • Volvió, pues, el rey y llegó hasta el Jordán. Judá llegó hasta Guilgal, viniendo al encuentro del rey para ayudar al rey a pasar el Jordán. (II Samuel 19, 16)

  • para ayudar a pasar a la familia del rey, y hacer todo lo que le pareciera bien. Semeí, hijo de Guerá, se echó ante el rey, cuando hubo pasado el Jordán, (II Samuel 19, 19)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina