Talált 471 Eredmények: Mesa de los Panes de la Presencia

  • Ellos marcharon de la presencia del Sanedrín contentos por haber sido considerados dignos de sufrir ultrajes por el Nombre. (Hechos 5, 41)

  • El le miró fijamente y lleno de espanto dijo: «¿Qué pasa, señor?» Le respondió: «Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios. (Hechos 10, 4)

  • Al instante mandé enviados donde ti, y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros, en la presencia de Dios, estamos dispuestos para escuchar todo lo que te ha sido ordenado por el Señor.» (Hechos 10, 33)

  • Les hizo entonces subir a su casa, les preparó la mesa y se alegró con toda su familia por haber creído en Dios. (Hechos 16, 34)

  • Pero Festo, queriendo congraciarse con los judíos, preguntó a Pablo: «¿Quieres subir a Jerusalén y ser allí juzgado de estas cosas en mi presencia?» (Hechos 25, 9)

  • Diciendo esto, tomó pan, dio gracias a Dios en presencia de todos, lo partió y se puso a comer. (Hechos 27, 35)

  • David también dice: Conviértase su mesa en trampa y lazo, en piedra de tropiezo y justo pago, (Romanos 11, 9)

  • Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios. (I Corintios 1, 29)

  • En efecto, si alguien te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un templo de ídolos, ¿no se creerá autorizado por su conciencia, que es débil, a comer de lo sacrificado a los ídolos? (I Corintios 8, 10)

  • No podéis beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios. No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios. (I Corintios 10, 21)

  • Y a quien vosotros perdonéis, también yo le perdono. Pues lo que yo perdoné - si algo he perdonado - fue por vosotros en presencia de Cristo, (II Corintios 2, 10)

  • Os ruego que no tenga que mostrarme atrevido en presencia vuestra, con esa audacia con que pienso atreverme contra algunos que consideran procedemos según la carne. (II Corintios 10, 2)


“Os corações fortes e generosos não se lamentam, a não ser por grandes motivos e,ainda assim,não permitem que tais motivos penetrem fundo no seu íntimo.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina