Talált 54 Eredmények: Lámparas del Candelabro

  • Se la anunciaron y él salió hasta la entrada de la tienda, precedido de lámparas de plata. (Judit 10, 22)

  • Entró con insolencia en el santuario y se llevó el altar de oro, el candelabro de la luz con todos sus accesorios, (I Macabeos 1, 21)

  • Hicieron nuevos objetos sagrados y colocaron dentro del templo el candelabro, el altar del incienso y la mesa. (I Macabeos 4, 49)

  • Quemaron incienso sobre el altar y encendieron las lámparas del candelabro, que lucieron en el Templo. (I Macabeos 4, 50)

  • incendiaron el portón (del Templo) y derramaron sangre inocente, suplicamos al Señor y hemos sido escuchados. Hemos ofrecido un sacrificio con flor de harina, hemos encendido las lámparas y presentado los panes.» (II Macabeos 1, 8)

  • Después de haber purificado el Templo, hicieron otro altar; tomando fuego de pedernal del que habían sacado chispas, tras dos años de intervalo ofrecieron sacrificios, el incienso y las lámparas, y colocaron los panes de la Presencia. (II Macabeos 10, 3)

  • Les encienden lámparas y aun más que para ellos mismos, cuando los dioses no pueden ver ni una sola de ellas. (Baruc 6, 18)

  • De pronto aparecieron los dedos de una mano humana que se pusieron a escribir, detrás del candelabro, en la cal de la pared del palacio real, y el rey vio la palma de la mano que escribía. (Daniel 5, 5)

  • Sucederá en el tiempo aquel que yo escrutaré a Jerusalén con lámparas, y visitaré a los hombres que se apelmazan en sus heces, los que dicen en su corazón: «¡Ni bien ni mal hace Yahveh!» (Sofonías 1, 12)

  • Y me dijo: «¿Qué ves?» Dije: «Veo un candelabro todo de oro, con una ampolla en su vértice: tiene siete lámparas y siete boquillas para las siete lámparas que lleva encima. (Zacarías 4, 2)

  • Entonces tomé la palabra y le dije: «¿Qué son esos dos olivos a derecha e izquierda del candelabro?» (Zacarías 4, 11)

  • Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; (Mateo 25, 3)


“Aquele que procura a vaidade das roupas não conseguirá jamais se revestir com a vida de Jesus Cristo.” São Padre Pio de Pietrelcina