Talált 306 Eredmények: Jefes
Tenía Ajab setenta hijos en Samaría. Escribió Jehú cartas y las envió a Samaría, a los jefes de la ciudad, a los ancianos y a los preceptores de los hijos de Ajab diciendo: (II Reyes 10, 1)
Les envió una segunda carta diciendo: «Si estáis por mí y escucháis mi voz, tomad a los jefes de los hombres de la casa de vuestro señor y venid a mí mañana a esta hora, a Yizreel.» (Los setenta hijos del rey estaban con los magnates de la ciudad que los criaban.) (II Reyes 10, 6)
El año séptimo, Yehoyadá envió a buscar a los jefes de cien de los carios y de los corredores, y los hizo venir donde él a la Casa de Yahveh y, haciendo un pacto con ellos, les hizo prestar juramento y les mostró al hijo del rey. (II Reyes 11, 4)
Los jefes de cien hicieron cuanto les mandó el sacerdote Yehoyadá. Cada uno tomó sus hombres, los que entraban el sábado y los que salían el sábado, y vinieron junto al sacerdote Yehoyadá. (II Reyes 11, 9)
El sacerdote dio a los jefes de cien las lanzas y escudos del rey David que estaban en la Casa de Yahveh. (II Reyes 11, 10)
Cuando vio al rey de pie junto a la columna, según la costumbre, y a los jefes y las trompetas junto al rey, y a todo el pueblo de la tierra lleno de alegría y tocando las trompetas, rasgó Atalía sus vestidos y gritó: « ¡Traición, traición!» (II Reyes 11, 14)
El sacerdote Yehoyadá dio orden a los jefes de las tropas diciendo: «Hacedla salir de las filas y el que la siga que sea pasado a espada», porque dijo el sacerdote: «Que no la maten en la Casa de Yahveh.» (II Reyes 11, 15)
y después tomó a los jefes de cien, a los carios y a la guardia y a todo el pueblo de la tierra, e hicieron bajar al rey de la Casa de Yahveh y entraron a la casa del rey por el camino de la guardia, y se sentó en el trono de los reyes. (II Reyes 11, 19)
Joaquín, rey de Judá, se rindió al rey de Babilonia, él, su madre, sus servidores, sus jefes y eunucos; los apresó el rey de Babilonia en el año octavo de su reinado. (II Reyes 24, 12)
Deportó a todo Jerusalén, todos los jefes y notables, 10.000 deportados; a todos los herreros y cerrajeros; no dejó más que a la gente pobre del país. (II Reyes 24, 14)
Todos los jefes de tropas y sus hombres oyeron que el rey de Babilonia había puesto por gobernador a Godolías y fueron donde Godolías a Mispá: Ismael, hijo de Netanías, Yojanán, hijo de Caréaj, Seraías, hijo de Tanjumet el netofita, Yaazanías de Maaká, ellos y sus hombres. (II Reyes 25, 23)
Entonces todo el pueblo, desde el más pequeño al más grande, y los jefes de tropas se levantaron y se fueron a Egipto, porque tuvieron miedo de los caldeos. (II Reyes 25, 26)