Talált 576 Eredmények: Hacía

  • Torcerá vuestra frontera por el sur hacia la subida de los Escorpiones, pasará por Sin y terminará por el sur en Cadés Barnea. Luego irá hacia Jasar Addar y pasará por Asmón. (Números 34, 4)

  • Torcerá la frontera de Asmón hacia el Torrente de Egipto y acabará en el Mar. (Números 34, 5)

  • Seguirá luego la frontera hacia Zifrón y terminará en Jasar Enán. Esa será vuestra frontera septentrional. (Números 34, 9)

  • La frontera bajará de Sefam hacia Arbel, al oriente de Ayín. Seguirá bajando la frontera, y, tocando la orilla del mar de Kinnéret por el oriente, (Números 34, 11)

  • Las dos tribus y la otra media tribu han recibido ya su herencia más allá del Jordán, a oriente de Jericó, hacia la salida del sol.» (Números 34, 15)

  • «Habla a los israelitas y diles: Cuando paséis el Jordán hacia la tierra de Canaán, (Números 35, 10)

  • Y vosotros ahora, volveos y partid hacia el desierto por el camino del mar de Suf.» (Deuteronomio 1, 40)

  • Luego nos volvimos y partimos hacia el desierto, por el camino del mar de Suf, como Yahveh me había mandado. Durante muchos días anduvimos rodeando la montaña de Seír. (Deuteronomio 2, 1)

  • «Ya habéis dado bastantes rodeos a esta montaña: dirigíos hacia el norte. (Deuteronomio 2, 3)

  • como me han dejado los hijos de Esaú que habitan en Seír y los moabitas que habitan en Ar, hasta cruzar el Jordán para ir hacia la tierra que nos da Yahveh nuestro Dios.» (Deuteronomio 2, 29)

  • Los israelitas partieron de los pozos de Bené Yaacán, hacia Moserá. Allí murió Aarón y allí fue enterrado. Le sucedió en el sacerdocio su hijo Eleazar. (Deuteronomio 10, 6)

  • tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo; tus ojos se consumirán mirando todos los días hacia ellos, pero tus manos no podrán hacer nada. (Deuteronomio 28, 32)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina