Talált 941 Eredmények: Encuentro de hermanos

  • Sírvante pueblos, adórente naciones, sé señor de tus hermanos y adórente los hijos de tu madre. ¡Quien te maldijere, maldito sea, y quien te bendijere, sea bendito!» (Génesis 27, 29)

  • Respondió Isaac y dijo a Esaú: «Mira, le he puesto por señor tuyo, le he dado por siervos a todos sus hermanos y le he abastecido de trigo y vino. Según eso, ¿qué voy a hacer por ti, hijo mío?» (Génesis 27, 37)

  • Jacob les dijo (a los pastores): «Hermanos, ¡de dónde sois?» Dijeron ellos: «Somos de Jarán.» (Génesis 29, 4)

  • En cuanto oyó Labán hablar de Jacob, el hijo de su hermana, corrió a su encuentro, le abrazó, le bezó y le llevó a su casa. Entonces él contó a Labán toda esta historia, (Génesis 29, 13)

  • A la tarde, cuando Jacob volvió del campo, sale Lía a su encuentro y le dice: «Tienes que venir conmigo porque he pagado por ti unas mandrágoras de mi hijo.» Y él se acostó con ella aquella noche. (Génesis 30, 16)

  • Entonces tomó a sus hermanos consigo y tras siete jornadas de persecución a su zaga le dio alcance en la montaña de Galaad. (Génesis 31, 23)

  • Alcanzó, pues, Labán a Jacob. Este había plantado su tienda en la montaña y Labán plantó la suya con sus hermanos en la misma montaña de Galaad. (Génesis 31, 25)

  • Pero eso sí, que aquel a quien le encuentres tus dioses no quede con vida. Delante de nuestros hermanos reconoce lo tuyo que yo tenga y tómatelo.» En efecto, Jacob ignoraba que Raquel los había robado. (Génesis 31, 32)

  • Al registrar todos mis enseres, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí, ante mis hermanos y los tuyos, y juzguen ellos entre nosotros dos. (Génesis 31, 37)

  • Y dijo Jacob a sus hermanos: «Recoged piedras.» Tomaron piedras, hicieron un majano y comieron allí sobre el majano. (Génesis 31, 46)

  • Jacob hizo un sacrificio en el monte e invitó a sus hermanos a tomar parte. Ellos tomaron parte, e hicieron noche en el monte. (Génesis 31, 54)

  • Jacob se fue por su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios. (Génesis 32, 2)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina