Talált 1394 Eredmények: David y el Arca de la Alianza
«¿Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?» Dícenle: «De David.» (Mateo 22, 42)
Díceles: «Pues ¿cómo David, movido por el Espíritu, le llama Señor, cuando dice: (Mateo 22, 43)
Si, pues, David le llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?» (Mateo 22, 45)
Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca, (Mateo 24, 38)
porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados. (Mateo 26, 28)
El les dice: «¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y él y los que le acompañaban sintieron hambre, (Marcos 2, 25)
Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!» (Marcos 10, 47)
Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» (Marcos 10, 48)
¡Bendito el reino que viene, de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!» (Marcos 11, 10)
Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: «¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? (Marcos 12, 35)
David mismo dijo, movido por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies. (Marcos 12, 36)
El mismo David le llama Señor; ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?» La muchedumbre le oía con agrado. (Marcos 12, 37)