Talált 1003 Eredmények: David y Urías

  • Tu cuello, la torre de David, erigida para trofeos: mil escudos penden de ella, todos paveses de valientes. (Cantar 4, 4)

  • Hubo también alianza con David, hijo de Jesé, de la tribu de Judá, herencia real de hijo a hijo sólo, mientras la herencia de Aarón pasa a todo su linaje. (Eclesiástico 45, 25)

  • Después de él surgió Natán para profetizar en los días de David. (Eclesiástico 47, 1)

  • Como grasa puesta aparte en el sacrificio de comunión, así David de entre los hijos de Israel. (Eclesiástico 47, 2)

  • Pero el Señor no renuncia jamás a su misericordia, no deja que se pierdan sus palabras ni que se borre la descendencia de su elegido, el linaje de quien le amó no extirpa. Por eso dio a Jacob un resto, y un brote a David salido de él. (Eclesiástico 47, 22)

  • Sólo quedó un pueblo reducido, con un príncipe de la casa de David. Algunos de ellos hicieron lo agradable a Dios, pero otros multiplicaron los pecados. (Eclesiástico 48, 16)

  • Porque hizo Ezequías lo que agrada al Señor, y se mantuvo firme en los caminos de David su padre, como le ordenó el profeta Isaías, el grande y digno de fe en sus visiones. (Eclesiástico 48, 22)

  • Fuera de David, Ezequías y Josías, todos abundaron en sus culpas. Porque abandonaron la ley del Altísimo, los reyes de Judá fueron abandonados. (Eclesiástico 49, 4)

  • La casa de David había recibido este aviso: «Aram se ha unido con Efraím», y se estremeció el corazón del rey y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del bosque por el viento. (Isaías 7, 2)

  • Dijo Isaías: «Oíd, pues, casa de David: ¿Os parece poco cansar a los hombres, que cansáis también a mi Dios? (Isaías 7, 13)

  • y toma por fieles testigos míos al sacerdote Urías y a Zacarías, hijo de Baraquías.» (Isaías 8, 2)

  • Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hará eso. (Isaías 9, 6)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina